Dialogos 2.

No se me pasa nada por la cabeza,
solo palabras sueltas,
los mismos nombres,
el final de siempre.

Ella llamará mañana,
no quiero que lo haga,
pero lo hará,
y aunque no lo haga, la buscaré en mis mensajes,
releyendo sus lineas,
buscando algo nuevo dentro de lo antiguo,
que me puede el tedio, y el miedo.
que me puede el whky y el tabaco y no me deja en paz.

Que he perdido el rumbo,
y me hundo,
muy profundo,
con una rima fácil que hasta un niño podría seguir.

¿Quién soy en mis demencia?
o ¿quién era antes como para dejar que esto llegara?
¿Dónde estas desamparo que me has abandonado a mi suerte?
que me has servido frío a la muerte.
y no queda música entre mis líneas.

Qué soy, ahora que me muero de lejos,
y que veo que ya no queda ningún juego al que jugar solo.
El techo vacío me implora que llore y que sufra alucinaciones que solo un loco de mi calibre,
podría llegar a comprender.

Otra noche lo mismo,
no hay palabras que se atraganten dignas de salir por mi garganta,
solo versos malos y sueltos,
que no llevan a la inspiración a bailar dejándola sola en casa una otra noche en casa.