Según entras.

Y a la hora exacta,
ella entró por la puerta.
Se desata la pasión en el recibidor,
el perchero cuelga tus pantalones ahora y no nos dará tiempo ni de llegar a la cocina.

Instante severo que estaba esperando,
aferrado a saber que venias y a saber que tendría nada mas cruzaras el umbral.
Fantástica fantasía.
taparé la mirilla para que nadie nos vea.

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