No fue

No era para nosotros,
caído como una rama en un invierno,
no volverá a su sitio,
perecerá sentada bajo la sombra,
a la intemperie de un mundo viejo,
del viento que se lo lleva todo y a veces se acompasa con el tiempo.

Como una conversación por teléfono estando ausente,
gritarle al audífono palabras de amor,
que resuenan con un eco eterno y sin ninguna entropía,
ya te has ido y aún quieres seguir estando,
Y la maleta echa escondida en la cocina.

Nadie sabe a que esperas,
un solo discurso,
ya no será si quiera una despedida,
no hace falta que manotees el aire cuando me veas irme,
y el autobús, aun conmigo, esté vacío.

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