Madrid

Ciudad del hombre,
una ciudad no puede tener un hombre
y un hombre no puede ser de una ciudad.
Un hombre deber ser,
con mayúsculas y pretérito.
Nunca poseedor nunca de nadie.
Sin una papeleta en la nuca que diga nunca tu nombre.
O el mío.
Un hombre es un hombre.

Un trozo feo arrojado a la historia sin estar destinado a hacerla sino solo a ser parte de ella.

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