DP
Viniste de nuevo a mi vida,
como un rinoceronte en una cacharrería,
entraste otra vez por la puerta grande,
por la que un día te fuiste rompiendo las columnas,
la madera,
y el marfil.
Sin embargo,
cuando todavía sigo en obras,
regresas a pasar por el portón,
con la promesa de una ingeniería de mimos,
con un mapa de cariños perdidos
y una arquitectura de ternura,
que negándose a morir se reinterpreta
y por reinterpretarse se pierde y al perderse,
se vuelven a caer los cimientos.
Pesa más la vida que los andamios
y el cielo ya no se ve entre esta humareda.
Después de todo,
y de todo el daño.
al final te has evaporado.
Con un grito brillante a través de una pantalla.
tan valido como una patada en el corazón,
o en las pelotas.
La próxima vez pongo una valla,
o me encierro en la cárcel.
O me dejo al imaginario de mi depresión,
que por no correr me ahoga.
como un rinoceronte en una cacharrería,
entraste otra vez por la puerta grande,
por la que un día te fuiste rompiendo las columnas,
la madera,
y el marfil.
Sin embargo,
cuando todavía sigo en obras,
regresas a pasar por el portón,
con la promesa de una ingeniería de mimos,
con un mapa de cariños perdidos
y una arquitectura de ternura,
que negándose a morir se reinterpreta
y por reinterpretarse se pierde y al perderse,
se vuelven a caer los cimientos.
Pesa más la vida que los andamios
y el cielo ya no se ve entre esta humareda.
Después de todo,
y de todo el daño.
al final te has evaporado.
Con un grito brillante a través de una pantalla.
tan valido como una patada en el corazón,
o en las pelotas.
La próxima vez pongo una valla,
o me encierro en la cárcel.
O me dejo al imaginario de mi depresión,
que por no correr me ahoga.