Cuarto.

Cruje una silla
el cuarto está descompuesto.
Papel higiénico arrugado,
por el suelo,
como la ropa de ayer y la de mañana
y la poca hombría que pensabas que me quedaba.
La modestia arremolinada junto a unos calcetines sucios
y mi ego campando alrededor.
En un alarde de locura.
No debe ser más que un delirio.
creerse alguien sin tener nada.
Agarrado a una cima,
que es imaginaria.
Subiendo los peldaños a la fama
que no son más que las escaleras del comedor
y que te traen de nuevo a tu cuarto
sucio
oscuro
y desamparado.
Tan desvivido.
Como un juguete partido por la mitad.

Algo cruel.

Comentarios

Entradas populares