Perú 1.

La vida en ristre
los quehaceres colgados
y yo, con una maleta.
Una de mano, pequeña
donde caben solo ilusión, un libro y un cuaderno.

Hace tres años que me fui de casa
y sin hogar volví
con el rabo entre las piernas.
Ahora tengo razones para querer marcharme de nuevo
y un cuarto
que ya no me acoge.
Me voy a seguir con mis demonios a otra parte,
a torturarme en otra zona horaria,
a querer sin compromiso y a por la libertad,
de ser un señor adulto cargado de responsabilidades.

A ver si así
se limpian un poco mis remordimientos.
Aprendo a morderme el orgullo
y pasa un mes hasta que cometa los mismos errores.

Yo no soy quien seré mañana decían.
Yo no soy, decían.
Mañana, seré y decían.
Sin embargo nadie tuvo en cuenta los recuerdos.
Al menos los míos.
Que están tan atormentados de estar encerrados como yo de tenerlos,
y aunque me vaya para no verte,
te echaré mucho de menos.

Correr hacia delante,
la luz detrás en el túnel
y una intensa sensación de no querer encajar en ningún sitio.
A ver si así, a la próxima, no me da tanto miedo irme de nuevo.
A ver si así, a la próxima, no tengo que quemar mis naves y puedo irme sin fuego.
A ver si así, a la próxima, aprendo a volver, para no tener más que irme.

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