Tiempo y amigos.

Amigos hasta que el tiempo haga de las suyas,
una novia, un bostezo y cada uno en su lugar,
haya lejos de lo que alguna vez fuimos.

A mi me duele tiempo,
me duelo verlo pasar, morir y desvanecerse.
Nunca vi al tiempo crearse ni la bella voluntad del primer momento,
a lo largo de mis días
mis encuentros con él sólo han sido a través de recuerdos,
de instantáneas,
borrosas,
casi ilegibles
que me hablan de que algo ha pasado.
no sabemos si vendrá otro nuevo,
pero lo anterior ya está muerto.

El tiempo en sus charlas me habla de amigos perdidos contracorriente
de amores del verano de los quince años
y de los diecisies y todos los siguientes
de la clase del cole
de mi madre a buscarme y de mi
cuando no era quien soy ahora.
Me habla de mi pelo largo,
de mis ganas de vivir,
la inocencia de la infancia y el estar siempre contento.
El tiempo me habla de otro tiempo
y tiene la curiosa facilidad
para hablar de si mismo siempre bien.
Para hablar de si mismo,
como si siempre hubiera vivido como un rey.
Para decirme al oido, que fui feliz,
aunque ahora no lo sea
y esté él para recordarme
que sólo él tiene la respuesta.