Accidente.

Estréllate,
aquí donde brillan las luces de la ciudad,
que se ven de lejos ya acompañan
en medio de una carretera sin señales,
que ya vendrán a buscarnos,
y mientras aparecen,
podemos besarnos sin tiempo.
Podemos cogernos en brazos.
Como dos locos,
llenos de heridas y con la ropa rota,
alegres de un accidente apropósito.
Podemos tomar esto como un ejemplo,
continuar nuestra conversación a medias.
o mantener un silencio cómodo,
una sonrisa,
de se porque te has distraído
que es tanto culpa tuya, como culpa mía.
Que nos hemos estrellado,
porque no aguantábamos a la siguiente salida.
Nos da igual la sangre,
el frío,
el humo en el aire,
todo se solucionará si me abrazas.
Que casi nos matamos,
Pero no vale morirse,
y esa es una promesa sagrada.
Por eso no pasa nada.
Porque Dios sabe que esto es demasiado bueno para matarlo.

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