Diciembre V

Si pudiera elegir cuando morirme,

me agarraría a la vida todo el invierno.

Esperaría a la primavera,

para que las flores tapen mi olor a podrido.

Dejaría en paz al invierno,

no jugaría con la nieve,

ni con la señora de negro,

en todos esos días en los que casi no hay sol.

Si pudiera elegir cuando morime,

esperaría a que vosotros hubiérais muerto primero,

por mucho gusto que me diese ver como me cuidáis,

como puedo hacer girar el mundo en torno a mi si quiero,

esperaría a que vosotros estuvierais enterrados

para empezar a comer pastillas,

a ponerme enfermo,

o a saltarme los semáforos.

Esperaría a que todos estuvierais vestidos bajo tierra,

para empezar a dormir desnudo.

Esperaría a no tener a nadie,

para que nadie pueda echarme de menos.

Al menos esperaría a que pasara el invierno,

no quisiera joderos la navidad.

En primavera se nota todo menos,

y si me aguanta la garganta,

mejor en verano,

y así aprovecháis, me lanzáis al mar,

y ya os quedáis de vacaciones.

Al menos dejaría que pasara el invierno,

pero no esperaría al próximo otoño,

un año es demasiado para ver morir a alguien,

nadie quiere estar tanto tiempo esperando que se le abran las puertas del hospital,

nadie quiere estar tanto tiempo durmiendo en los sofás de acompañar,

nadie quiere estar tanto tiempo esperando a que llegue la vida,

la que no puedes vivir si estáis conmigo,

mientras yo espero a que pase el invierno,

para que nazca lo de mi alrededor,

y así disimular que me voy.