Enero II
Llévame a casa,
a tu casa,
a esa casa de provincia,
la que te vio crecer,
con sus tejas rojas,
enredaderas verdes
y chimenea.
A esa casa donde sueño que nos conocemos de niños,
a esa casa donde jugabas,
con muñecas,
a que me conocías,
y tú todavía sin saberlo.
A esa casa,
A esa casa,
que te ha visto llorar en esquinas,
por cosas sin sentido,
y saltar de alegría los días de reyes.
Quiero conocer el salón donde aprendiste a sentarte a comer,
la habitación,
donde tu madre te dijo que estaba orgullosa,
y tu creíste en tí por un momento.
Quiero ver los poster de los que se avergüenza tu yo adolescente,
tus libros,
de cuando eso te daba igual,
y pensar, que quizá alguna vez compraste uno que yo tenía,
y eso nos unió, sin apenas conocernos.
Llévame a tu casa,
chica de provincia,
a tu casa lejos de Madrid.
A la casa que te hizo y que te hace,
a la casa donde aprendiste a ser,
quien agradezco que seas ahora.
Llévame a tu casa,
que quiero saber de que color son las paredes,
que quiero verte en los espejos,
donde te mirabas mientras te salían los dientes,
y ahora te miras mientras te salen las canas.
Quiero pasear por tu infancia,
y que me lleves de la mano,
hazme turista tu vida,
que es lo que deseo,
saber de donde vienen,
todas esas ideas,
que ahora admiro.
Quiero navegar por tus recuerdos,
y añadirle una capa más a la nostalgia.
Llévame a tu casa,
a esa que está en la provincia,
que quiero verte,
joven,
para saber cómo serás de vieja.
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