Cuarentena 8

Nadie por las calles,
como si siempre fuera madrugada,
y no tuviéramos sitio a donde ir.

En un tiempo donde los bares siempre están cerrados,
las cortinas se abren para observar que nadie haga nada malo,
y los días pasan, como si fuera un verano de infancia,
sin piscina ni amigos.

Agolpados, de nuestra pantalla a nuestras sillas
a galope,
por las playas que ahora sólo recordamos.
esperando un nuevo día.

A ver qué depara el futuro,
se escucha entre ventanas,
desde nuestras cabinas que son cuartos ahora limpios.
Porque no nos queda otra,
que nuestro espacio
que cuatro paredes,
que parecen poco.
Posiblemente, demasiado poco.

Ojalá llegue la luz,
a través de paredes de patios interiores,
sin difuminarse demasiado,
y podamos seguir creyendo,
que el sol sigue saliendo fuera,
por ahí,
por algún lado.

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