1 menos II

Alguien llora,
vestido entero de plástico,
con las gafas empañadas,
entre azulejos de un hospital.
Alguien llora,
porque sus últimas palabras a su padre las ha recibido un cadaver en su punto,
tan ciego de morfina como un yonki en los 80.
¿De qué sirve llegar a viejo,
si tu vejez son las drogas que no tomaste de joven?
Alguien llora,
mientras los mensajes vuelan en el universo infinito que nosotros los humanos hemos creado,
y que usamos,
para bloquear nuestras ganas de llorar,
mientras miramos una pantalla que nos arroja quienes somos sin que nos demos cuenta. 
Alguien llora,
luego llama por teléfono,
suficientemente alto para que otro se quite los cascos,
y escuche por un momento,
que la vida sigue,
que nada de esto se para,
y que puede seguir jugando a la consola,
aunque ahora seamos uno menos,
no pudiese ir a verle,
y nunca más va a verle. 

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